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Se introdujo en Mesoamérica
y Sudamérica por medio de los conquistadores españoles y portugueses en
el siglo XVI. Hoy en día, México y Centroamérica son de los mayores
productores y consumidores del fruto. Llegan a ser árboles centenarios y se evocan en cuentos y direcciones. Un ejemplar magnifico se encuentra sobre la playa del Hotel Bahia Zapatera (ver foto).
Familia Botánica: Fabaceae
Origen: África
Hojas paripinnadas, 4–12 cm de largo, glabras; folíolos 7–21 pares, oblongos, 0.6–2.4 cm de largo y 0.4–0.9 cm de ancho, ápice redondeado.
Las flores se organizan en racimos, dispuestos o no en panículas en el ápice de los brotes. Pétalos 5, amarillos rayados de rojo, desiguales: los 3 superiores ensanchados, obovados, 1–1.3 cm de largo, los 2 inferiores reducidos a cerdas.
Fruto es una vaina linear de 4–13 cm de largo y 1.2–3 cm de ancho, ensanchado donde se encuentran las semillas, color café claro. La vaina no se abre sola, es indehiscente.
Las semillas, rodeadas por una pulpa ácida comestible, son algo cuadrangulares, comprimidas, coriáceas, de color marrón oscuro brillante.
Alimentación: se elabora un concentrado de pulpa de tamarindo para la fabricación de refrescos. Se prolonga con agua y azucar y a veces se mezcla a veces con otros ingredientes como chia o linaza. Algunos lo preparan cocido como te de tamarindo. Es muy agradable y quita la sed. La miel de tamarindo es muy apreciada para agregar a los raspados (hielo raspado).
Las hojas son alimento humano y animal.
Es un componente de salsas agridulce o dulce picante, mezclado con chile, salsa de mango etc. según la receta. En México elaboran caramelos de tamarindo con chile.
Medicinal: es reconocido como un magnífico diurético y laxativo moderado.
Construcción: Debido a su densidad y durabilidad, la madera del tamarindo puede ser utilizada para fabricar muebles.
Otros: las flores son melíferas y contribuyen a la preservación de las abejas.
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