Conocida desde muy antiguo ya por los egipcios,
transmitida después a los griegos, esta hierba ha sido denominada la "madre
de todas las hierbas" en la obra "Tesoro de los pobres"
(1644), dadas sus múltiples aplicaciones curativas. Su nombre científico tiene su origen en la diosa griega de la caza y del bosque, Artemisa, a la vez fue hermana de Zeus. O viene de una palabra griego: artemes = sano.
Familia Botánica: Asteraceae
Origen: Regiones templadas de Europa, Asia y Norte de África
Sus flores son amarillo pálido, tubulares, y en cabezas (capítulos). El fruto y la semilla son muy pequeños y se dispersan con el viento. Se puede reproducir mediante esqueje de las raíces.
Medicinal: La planta contiene del 0.2 al 0.5 por ciento de una esencia de color verdoso o azulado (dependiendo de sus características) y con un fuerte sabor amargo, y el principal componente es la tuyona, soluble en alcohol, pero no en agua.
Esta sustancia es tóxica en concentraciones altas y afectó el sistema nervioso de las personas que consumían el absintho como bebida alcoholica.
Aplicado correctamente, el ajenjo tiene unas interesantes propiedades medicinales, como tónico gástrico, aumentando el apetito. Por el hecho de aumentar la secreción biliar, ejerce sobre el hígado una acción favorable, descongestiva y de estímulo de sus funciones.
Es antiparasitante, sin embargo, los ñiños no les gusta por su sabor amargo. Actúa sobre el útero (matriz) provocando la menstruación; pero además, normaliza los ciclos.
La planta tiene otro compuesto denominado la absintina, una sustancia amorfa de color amarillo, poco soluble en alcohol pero sí en agua. Es una de las principales plantas en la elaboración del célebre licor de ajenjo o absenta y del vermú.