Una característica muy notable es que al mínimo toque de sus hojas, las mismas se contraen sobre el
tallo como si se cerraran. Éste es un mecanismo de defensa ante depredadores, puesto que al
replegarse en un gran porcentaje parece ser una planta
marchita. También es un mecanismo que sirve para no perder demasiada
agua durante las horas de calor o para protegerse del viento reduciendo
la superficie.